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Normalmente, tras los primeros efectos provocados por la falta de sueño o la mala calidad del descanso, es cuando se comienza a tomar medidas al respecto: cambiar el colchón, probar una nueva almohada, usar remedios caseros o naturales o incluso recurrir a medicamentos específicos.

Consecuencias de la falta de un sueño de calidad

La falta de sueño afecta a muchos niveles de la vida diaria y la salud con muchas consecuencias tanto a nivel físico como psicológico. Irritabilidad, falta de atención y/o concentración, dolores musculares o de cabeza, debilidad en el sistema inmune, ansiedad… Por lo que un descanso de calidad es fundamental para poder tener una buena calidad de vida.

Formas naturales de descanso

En las tiendas de colchones en Las Palmas Sleep Zone nos preocupamos por el descanso de las personas, y que ese descanso sea el mejor de la forma más natural posible. Uno de nuestros lemas o leitmotiv es que “dormir mejor no tiene porqué ser más caro”. Por ello en esta ocasión vamos a hablar de la higiene del sueño, un sencillo a la par que eficaz sistema de pautas para mejorar la calidad de nuestro descanso y con ello la de nuestra vida en general.

¿Qué es la Higiene del Sueño?

La higiene del sueño fundamentalmente consiste en seguir una serie de pautas o recomendaciones para lograr que nuestro descanso cumpla su principal función: El descanso reparador que restablezca nuestro cuerpo para el siguiente día.

Significa tener un entorno del sueño ordenado, tranquilo y cómodo, asegurándose de tener el número de horas de sueño suficientes. Siguiendo una serie de rutinas y normas, podemos ayudar a evitar trastornos en el sueño como el insomnio, uno de los más habituales entre las personas. Pero tener una correcta higiene del sueño requiere un esfuerzo inicial y disciplina para mantenerla en el tiempo.

Normas y pautas para una correcta Higiene del Sueño

  • Mantener horarios de sueño regulares: Intentar acostarse y levantarse cada día a las mismas horas. Respetar los ritmos circadianos en lo posible.
  • No tomar sustancias excitantes como la cafeína, nicotina, alcohol, etc., especialmente a partir de media tarde o final del día.
  • Evitar siestas de larga duración y en el caso de realizarlas, que sean con bastante tiempo entre la hora de la siesta y la de dormir.
  • Cuidar la alimentación previa a las horas de descanso: Tomar una cena ligera una o dos horas antes de acostarse, pero no irse a la cama con sensación de hambre. Para ello se puede tomar leche o infusiones.
  • Realizar ejercicio físico durante el día pero no a última hora, ya que activa el cuerpo y lo pone alerta, aparte de generar endorfinas y dopamina entre otras sustancias.
  • No realizar en la cama actividades que impliquen un esfuerzo mental como leer, organizar la agenda, ver la televisión, etc.
  • Evitar el uso de dispositivos electrónicos y fuentes de luz brillante a última hora o antes de dormir, ya que excitan la actividad cerebral.
  • Establecer un ritual agradable previo a la hora de acostarse para ir preparando al cuerpo y la mente ante el descanso: Preparar la ropa del día siguiente, darse un baño o ducha, lavarse los dientes o las manos, escuchar música relajante, etc.
  • No mantenerse en la cama dando vueltas si el sueño no llega en una media hora. Hay que relacionar meterse en la cama con dormir. Si no se logra conciliar el sueño es preferible levantarse y hacer algo relajante o monótono para volver al sentir somnolencia.

El entorno del sueño es fundamental para un perfecto reposo

La higiene del sueño no solo consiste en mantener un horario estricto o una rutina disciplinada. También es muy importante el entorno físico. Pasamos alrededor de 8 horas al días sobre nuestro colchón, así que es fácil hacerse una idea de la importancia del mismo. En futuros artículos trataremos otros temas tan importantes como cada cuanto debemos cambiar nuestro colchón, como debemos elegirlo, consejos para su correcto mantenimiento, etc.