Primero decidimos si íbamos a pintar la pared azul o rosa. Luego, escogimos toda la decoración de la habitación, tratando de conjuntar los muebles con cierta gracia. Finalmente, compramos la cama para nuestro hijo. Pero: ¿dedicamos el tiempo necesario para escoger el colchón sobre el que iba a dormir durante los años más cruciales de